lunes, 19 de diciembre de 2011

Navidad en la empresa


Hay dos motivadores por excelencia en la empresa en cuanto a empleados se refiere. Uno de ellos es el Salario, el pago que el empleado recibe por su trabajo y el otro y no menos importante, es el Salario Psicológico. Este último se refiere básicamente a una de las necesidad humanas más importante y que está orientada hacia ese deseo que tienen las personas de ser reconocidas, apreciadas, valoradas, escuchadas.

Lamentablemente en muchas organizaciones los directivos, jefes, dueños de empresa creen que las personas son máquinas que funcionan con el botón de encendido y apagado, que no sienten, que una orden es el arte mágico de la producción en serie, sin fatiga, sin cuestionamientos. Sin embargo nos guste o no, las personas cuando ese salario psicológico no funciona bien, el nivel productivo del personal comienza a disminuir y llegan incluso al simple hecho de cumplir por cumplir, esfuerzos para mantener su puesto a expensas de saber que pueden dar muchísimo, muchísimo más, pero no están interesados en hacerlo.

Las festividades de fin de año son una ocasión excelente para provocar ese encuentro, aflojar las tensiones, liberar las cargas y cambiar de escenarios, liberar las presiones de los roles y estar en ambientes distintos. En algunos casos se da que por opiniones, ideas, creencias, las directivas o el jefe de turno prefiere pasar por alto esta época y no darle mayor importancia. Y si bien la opinión del “jefe” es importante, también es claro que no se puede subyugar el bien general por las opiniones particulares de alguno, así sea ese el que tiene voz de mando.

No celebrar la navidad es como no celebrar el día de la madre. Pensando en esas acciones que van a propender por la riqueza interior de las personas, por esas acciones que crearán lazos más fuertes entre el personal, provocará poco a poco la espontaneidad aquella que procura excelentes ambientes de trabajo lo que generará a la larga productividad de alto impacto. Cabe mencionar que hacer una reunión de empleados es insuficiente para pensar que eso puede compensar las fallas que vienen fracturando de tiempo atrás el buen ambiente laboral, que se hace necesario una serie de elementos anexos que combinados puedan lograr el tan anhelado alto rendimiento “Voluntario”, pero también es claro, que la ausencia de cierto tipo de detalles es contundentemente dañino.

Actividades como adornar de Navidad la empresa, realizar novenas y fiesta de fin de año es insuficiente para lograr un ambiente de integración sólido y relaciones de alta confianza, pero dejo claro que no hacerlo, puede ser tan malo, como todas esas acciones aisladas que en lugar de favorecer, destruyen cualquier buen intento.


Muy cuidadosos en cuanto al manejo del presupuesto, del manejo financiero de la empresa, muchos caen en el craso error de pasar por alto a su personal, que termina siendo considerado como un recurso menos importante que el dinero. Si el dinero es el fin, el personal es el medio a través del cual se logran aquellos propósitos. Por eso y en el marco de estas épocas, es importante que ya que las directivas destinan tiempo para hacer los presupuestos del año próximo, también vale presupuestar la manera cómo se van a manejar las relaciones con el personal, y todas esas acciones conducentes a lograr niveles altos de confianza en la organización.

Esto es tan importante como lo otro. Como dice Fernando Savater en su libro “El Valor de Elegir”: “No basta el arquero, ni el arco, ni la flecha, ni el blanco para que haya un buen tiro. Es necesario su conjunción armónica.” Igual sucede en la empresa, y esa conjunción armónica pesa sobre los hombros de quien dirige la organización, y no esa no es una responsabilidad del personal, así sean ellos los que con sus acciones hagan del ambiente laboral una cosa u otra.

Si a ti te gusta o no, eso no tiene nada que ver. Lo que sí tiene que ver es que tus acciones u omisiones afectarán el comportamiento de tu personal. Entonces, ¿por qué no aprovechar estas fechas cuando la gente está especialmente sensible a ciertas cosas para comenzar a sembrar esas semillas que junto con otras, permitirán lograr ambientes que fomentan a personas altamente productivas?

Si la única acción del empresario fuera producir dinero, estaría en la vía fácil, sin embargo el desafío más grande es la “Conjunción Armónica” que mencioné hace un momento, lograr esa armonía se vuelve un reto aun mayor cuando las personas son ese factor de todos, el que se constituye como más imprescindible y en consecuencia requiere de quien los dirige el uso de sus mejores talentos.

Sea pues esta época la oportunidad para comenzar a generar esos espacios que permitan la vía de la liberación del talento humano si es que se encuentran en dificultades complicadas en este aspecto, y si las cosas van apoyadas en vientos favorables, entonces, esta época es más que propicia para seguir estrechando esos lazos que cada vez se hacen más fuertes.

No permitas que las ideas, las creencias marquen tu paso frente a cosas que están por encima de dichas posiciones ideológicas. No se puede sacrificar el corazón de las personas supuestamente haciendo cosas que las defienden. Reglamentos que están por encima de las personas, reglamentos que las defienden, y lo irónico, es que esos reglamentos son cuellos de botella que los sacrifican.

Como dice la frase acuñada a John Lennon: “La Vida es aquello que se nos pasa de largo mientras estamos ocupados en otras cosas”. Aunque los juegos de los niños son infantiles y difícilmente tú dedicarías buena parte de tu vida a esos juegos, no por eso dejas de fomentarlos en ellos. De igual forma sucede con la navidad. Es una época que para muchos es la ocasión para permitirse esas cosas de corazón, que el resto de año no hacen, o lo hacen muy poco.

Aprovecha estos espacios, estimula, impulsa, motiva y promueve todas aquellas cosas que se dan en esta época del año y desafíate para duplicarla en el nuevo año que comienza.


En otros casos en cambio, ese espíritu navideño que cohabita en la mente y corazones de otros individuos que siendo jefes, duplican esa realidad interior en su entorno organizacional, imprimiendo ese “algo” distinto, que es fácilmente percibible en el ambiente y que permite distencionar al personal e incluso, afectando positivamente las relaciones labores y sus niveles de desempeño. Y mientras para algunos directivos estas épocas son su cuello de botella, para otros en cambio funciona eso de que es “Una época de amor, Reconciliación, Alegría, Paz y Felicidad”

Recuerda que las empresas terminan pareciéndose a sus dueños, a sus directivos, a sus líderes y mandos medios, porque guste o no, el estilo de dirección se filtra en la cultura organizacional y ese es el más claro indicador de cómo se está dirigiendo esa empresa.

Sácale partido a estos días y que el espíritu navideño toque los corazones en tu empresa. No tienes que hacerlo todo tú, delega, déjate ver, forma parte de algunas actividades y verás resultados muy pronto.

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