lunes, 31 de octubre de 2011

10 consejos para negociar un aumento


Más allá de los avances en el trato con los empleados, existen beneficios que hacen más agradable tu estadía en la oficina, como máquinas de café, calefacción, horas de comida flexibles, tiempo para dedicarte a tus propios proyectos y premios al rendimiento. Sin embargo, muchas empresas olvidan que el motivo principal que impulsa a las personas a buscar un empleo es el sueldo.

En ocasiones los empleados se ven en la necesidad de solicitar un aumento de salario, ya sea porque sus necesidades han crecido, porque el aumento en los precios lo ha impactado o sólo porque considera justa esta demanda.

La solución es muy simple: si la empresa tiene una política de remuneracionesbien estructurada, no debería tener que atender pedidos de aumento. Y si los sueldos fueran equitativos, los empleados no se expondrían a hacer un reclamo salarial; lo que generalmente termina por generar tensiones.

¿Qué motiva a negociar un aumento?
En primer lugar, está la posibilidad de que la persona experimente un cambio en su vida que le impida cubrir la totalidad de sus obligaciones monetarias con el sueldo actual. Eso obviamente obliga a solicitar un aumento o, en su defecto, buscar un nuevo trabajo.

Además, la falta de equidad entre remuneraciones de empleados también puede convertirse en un problema.

Otra razón está ligada a la sensación de cansancio y estrés de algunos empleados que entregan todo su esfuerzo para mejorar los números de su empresa, pero que no ven retribuido ese desgaste.

No menos habitual es el ingreso de nuevos empleados a los que se les paga mucho más que los antiguos. Esto detona la molestia de quienes por años han entregado su trabajo y fidelidad a la empresa, y sienten que son pasados a llevar. Generalmente estos casos terminan en renuncias.

A pesar de su validez, este tipo de razones no son suficientes como para presentarse frente a tus jefes y negociar un incremento en tus remuneraciones. Para obtener resultados, es necesario argumentar hacia el lado del interés o beneficio para la empresa. Dicho de otro modo, hay que explicar “por qué gana el empleador elevándote el salario”. Tu nuevo sueldo debe ser presentado como un buen negocio, no como una pérdida.

  • Tu conocimiento del mercado específico de la empresa.
  • Tu rendimiento personal.
  • Aportes especiales realizados.
  • Nivel de capacitación aportado, siempre que sea aprovechable en el puesto.
  • Potencial de contribución en nuevas funciones o responsabilidades.
  • Disponibilidad y disposición para colaborar en el crecimiento de la organización.
  • Otra oferta laboral concreta.


Representante
El gurú de la Stanford Graduate School of Business, Jeffrey Pfeffer, sostiene que la mejor manera de encarar una negociación salarial es a través de un representante, como tradicionalmente lo hacen artistas y deportistas profesionales.

En efecto, señala, no sólo uno se siente mejor cuando los elogios salen de boca de otro, sino que esta práctica multiplica las probabilidades de conseguir un buen acuerdo.

Para comprobar su hipótesis, el experto de Stanford, realizó una serie de experimentos:

En el primero se pidió a alumnos universitarios que ayudaran a fijar el salario de dos candidatos a directores del centro de estudiantes. Los alumnos, divididos en dos grupos, recibieron transcripciones de la entrevista laboral de los postulantes.

El primer grupo leyó la transcripción de una entrevista donde el candidato narraba él mismo sus logros profesionales. Mientras, el segundo grupo leyó exactamente los mismos argumentos. Sin embargo, en su caso, era un agente el que hablaba maravillas de su representado.

¿Resultado? Los estudiantes fijaron un salario mayor para el candidato que negoció a través de su agente.

El segundo experimento tomó un nuevo grupo de estudiantes para ponerlos en el papel de CEO. Su tarea era proponer precios para la compra de obras de distintos escritores. Nuevamente, el experimento confirmó la hipótesis: los estudiantes otorgaron un mejor precio al autor que negociaba a través de su agente.

¿Cuándo y cuánto?
El tiempo de negociar un aumento no es a fines del año como muchos creen; es al principio, cuando la empresa inicia un nuevo periodo, se generan nuevas metas para cada persona en pos de los objetivos generales de la empresa.

Otro momento ideal es cuando la compañía haya tenido un cambio fundamental en la organización, es hora de hacerlo. Sobre todo cuando este cambio haya repercutido en un mayor ingreso para la compañía o en la imagen que brinde la posibilidad de una mayor derrama económica para quienes participan en ella.

Respecto del monto, los consultores aseguran que debes de ser muy realista en la cantidad a pedir. No te debes exceder a la cantidad valorada por tu impacto en la empresa o al sueldo pagado en el mercado para el tipo de funciones que realizas. De igual forma, se recomienda ser muy claro en la expectativa de aumento; porque si finalmente se consigue el aumento, pero éste no cumple con sus expectativas, es importante que lo diga en el momento y que conozca las razones de tal decisión.

Si no acepta
En la actualidad es muy difícil corregir un sueldo que inicialmente fue bajo. En caso de ser rechazada tu solicitud, es posible cambiar pesos por otras prestaciones a modo de premio de consuelo, entre ellos bonos, capacitación, reducción de horarios, cambio de sector dentro de la empresa.

Antes de finalizar tu reunión resulta importante dejar estipulado que el sueldo será revaluado en un lapso de tres a seis meses, con la esperanza de realizar una mejora a futuro.

Algo no menos importante es que si sus esfuerzos para obtener un aumento no son exitosos, no debes desanimarte. Mira el asunto como parte de una conversación progresiva entre tú y el director.

¿Qué estrategia has utilizado para obtener un aumento de salario?

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