¿Arquitectura y redes sociales o la arquitectura de las redes sociales? Dos conceptos que incluyen los mismos términos pero que están tan lejos entre sí, que hasta se tocan. Las redes sociales no existirían sin una arquitectura intrínseca muy compleja que facilitase que la social network sea amigable y que todo el mundo la use. Pero la arquitectura y la construcción, como la hemos entendido siempre, con un trato directo entre todos los agentes: arquitecto y/o promotora con el cliente está cambiando a marchas forzadas. Si una empresa quiere “existir” y ser visible en la sociedad ¿puede vivir sin amigos de facebook, tener un .com que sea unidireccional, y puede prescindir de los followers (seguidores) de twitter? Hace unos años nadie, ni los arquitectos, ni los promotores inmobiliarios ni tampoco los usuarios hubiera dudado en su respuesta, hoy en día la pregunta es más difícil de contestar.
Cada vez más el cliente potencial de un inmueble confía más en las recomendaciones de anónimos como él, que no en el oficialismo corporativo de las propias promotoras o despachos arquitectónicos. Ya no basta en contrastar la idoneidad de un edificio físicamente ni tampoco comprobando sus características y las imágenes publicadas por el webmaster (como sucede en las páginas webs convencionales) sino que la credibilidad pasa por la opinión, lospost, en terminología anglosajona, de los que han interactuado con la construcción en cuestión siempre que esta este activa: ofrezca vídeos, imágenes, enlaces,etc. El empirismo que siempre ha necesitado la arquitectura, que antes se abastecía de la firma de un arquitecto y el prestigio de la empresa por la que trabaja, está pasando a segundo plano. Ahora, la reputación online –fruto de la interacción de los usuarios y expertos en la materia, además de las actualizaciones permanentes para dinamizar esa relación- es la que marcará, en parte, el éxito de una promoción.
Pero ¿cómo podemos fusionar la Arquitectura y las redes sociales? Un ejemplo gráfico, además de la utilidad relacional/comercial que puedan tener en la venta o alquiler de una vivienda, es ver como las social media han ayudado a dar a conocer la arquitectura de las ciudades de forma directa. Precisamente, el arquitecto Suso Velo en su blog personal, susovelo.wordpress.com, reflexiona acerca de esta temática en el post Las redes sociales ayudan a destapar la arquitectura olvidada asegurando que “son el vehículo para expresar de forma inmediata lo que te gusta. Puedes hacer llegar a la gente de tu entorno, de forma simultánea, la sensación, la imagen y la localización de la arquitectura preferida de tu ciudad. Por un momento consigues que ese edificio vuelva a tener su protagonismo. Logras que la ciudad vuelva a ser un espacio de educación. En cada paso que das, la ciudad te muestra su historia, sus momentos más difíciles, los de esplendor, los de amor, los de desengaño… y todos esos instantes puedes capturarlos y transmitirlos según tus sensaciones por medio de las redes sociales. Al final muestras partes de ti y sobre todo educas a los demás mostrándoles todas aquellas obras arquitectónicas que no han sido capaces de ver por no levantar la vista. La gente tiene que volver a ver la ciudad y la calle, no cómo el espacio que separa tu casa del trabajo, si no como una escuela en donde muchos profesores del mundo de la Arquitectura nos han dejado exámenes resueltos para que aprendamos de ellos. Las redes sociales, con sus nuevas herramientas, pueden destapar todo aquello que nuestros ojos no han querido ver”, concluye.
Una de las primeras experiencias online en el sector fue el de las webs que facilitan la compra, venta y alquiler de los inmuebles. Un proceso comercial que se establece en una relación a tres bandas: quien pone el anuncio (emisor), el intermediario que ofrece la plataforma (canal) y el que ve el anuncio por que está interesado en él (receptor). El mensaje, es decir, las características del inmueble en cuestión y las imágenes que decida colgar el emisor, es directo, y sigue unos parámetros para que este proceso sea rápido y ágil. Atrás quedó la obligación de tener una sede, un lugar físico para poder ver, comparar y decidirse por una vivienda. Ésta es la filosofía de idealista.com y también de fotocasa.es , “con más de 780.000 inmuebles”, tal como reza su titular, dos de las páginas webs que más visitas y usuarios únicos del sector.
Un concepto que superó las barreras del intermediario y de los carteles colgados en el aparador. Pero desde hace cuatro años, con la aparición del social network, la relación empresa-cliente ha ido más allá. El concepto “compartir” y “me gusta”, dos de los ítems utilizados en Facebook, por ejemplo han hecho que hayamos pasado a la siguiente fase. De la relación unidireccional, a la bidireccional y ahora, con esta plataforma, revulsivo total de la interacción entre personas, hemos pasado a la conversación multilateral, que también incluye los blogs personales: “una inteligente mezcla de conversación personal mezclado con un dominio sobre el tema que se habla y una buena dosis de facts (hechos)”, tal como señala en su blog Edgar González, experto en arquitectura 2.0.González pone el ejemplo que corrobora esta afirmación con la experiencia personal del propio CEO de idealista.com, Jesús Encinar. En su blog personal, anunció que después de 20 años viviendo de alquiler, se disponía a comprar una vivienda. El ático en la ciudad de la Justicia de Madrid, pasaría a ser su casa ideal (permitan el juego de palabras) previas reformas que necesitaba el inmueble. ¿Pero a quien le iba a confiar dichos cambios que necesitaba su futura vivienda? El encargado de las reformas seríaChurtichaga+Quadra-Salcedo Arquitectos, con quienes no había trabajado antes pero a quien conoció por su perfil en la red 11870, una web para recomendar restaurantes de la que el máximo responsable de idealista.com es socio. A Jesús le había llamado la atención la coincidencia de recomendaciones que había entre él y José María (Churtichaga+Quadra-Salcedo Arquitectos) y le agregó como amigo. Sin previo concurso se conocieron virtualmente y se dispusieron a trabajar juntos. Según el propio Jesús Encinar tomó esa decisión porque… “me daba mucha confianza ver que coincidimos en nuestra opinión de muchos sitios”, reconoció.
Este ejemplo sirve de paradigma para demostrar la repercusión que tiene una opinión en el ámbito online. Las empresas y también las dedicadas al sector de la arquitectura están comprobando la importancia de tener notoriedad y buena reputación virtual. No sólo puede ayudar comercialmente sino que puede crear una “viralidad” epidemiológica que puede atraer a nuevos públicos exponencialmente si nuestro posicionamiento es positivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario